Cristian Matías Andrade se presentó espontáneamente en Tribunales casi en simultáneo a que el fiscal Alejandro Pellegrinelli pidiera su detención. Declaró como imputado pero, al estar a disposición de la Justicia, permanece en libertad.
El nuevo policía acusado de matar al reciclador Emanuel Márquez (23) el último viernes en el predio de Disposición Final de Residuos se presentó espontáneamente en Tribunales casi en simultáneo a que el fiscal Alejandro Pellegrinelli pidiera su detención, y declaró que disparó para defenderse.
El efectivo Cristian Matías Andrade fue asistido por la defensora oficial Gabriela Mónaco y dio su versión de los hechos, tal como había hecho este lunes en calidad de testigo. Ahora, en cambio, lo hizo como imputado por el delito de “homicidio agravado”, pero después de finalizada la audiencia no quedó detenido como había ocurrido con Jonatan Darío Franco, luego liberado.
En ese sentido, Andrade dijo lo mismo que había dicho Franco: que los disturbios habían derivado en una situación peligrosa y caótica y que los recicladores que se manifestaban en el puesto policial los agredían y buscaban sustraer sus armas reglamentarias.
Situándose en ese escenario, reconoció los disparos que efectuó con una escopeta. Vale recordar que la autopsia al cadáver de Márquez había indicado el lunes que la víctima recibió un disparo de arma larga. Así se desprendió de la extracción que los médicos forenses hicieron de un taco y nueve perdigones que estaban en el cuerpo del reciclador.
Ahora, el fiscal Pellegrinelli solicitó la realización de un peritajes balístico, que se llevará a cabo el próximo viernes, mientras el juez de Garantías Daniel De Marco resuelve si Andrade permanece en libertad o queda detenido durante el desarrollo de la investigación.
El hecho investigado ocurrió el viernes pasadas las 15, por una pelea que se originó por una disputa de las tantas que hay en el predio cuando se aproximan los horarios de descarga.
Esa pelea cobró una mayor magnitud y los policías del destacamento intentaron intervenir. Algunos testigos (otros recolectores) señalaron que la policía efectuó algunos disparos al aire y eso alteró los ánimos.
Lo que siguió fue una suerte de revuelta contra los policías, algo que quedó reflejado en un video que circuló por las redes sociales. En esa secuencia se puede ver a Márquez blandiendo un fierro y atacando a los policías entre medio de dos automóviles estacionados. Junto a él otros recicladores también atacan a los policías.
En el marco de la pesquisa quedó confirmado que al menos una de las armas reglamentarias desapareció en ese frenesí y que eso reclamaba uno de los policías.
Horas después, el fiscal Pellegrinelli dispuso la aprehensión de uno de los policías, Franco, y el secuestro de tres pistolas reglamentarias para ser cotejadas con los accidentes balísticos del lugar y con los plomos recuperados.
Al estar involucrado personal policial, se utilizó el protocolo de la ley 1390, con el que se aparta de la investigación a la policía y da lugar a que intervengan miembros del CATI (Cuerpo de Ayuda Técnica a la Instrucción) que controlan las labores de la Policía Científica.
También solicitó que la Asesoría Pericial se hiciera cargo de todas las acciones forenses, en especial la operación de autopsia a Márquez.
El sábado, Franco declaró como imputado y ante Pellegrinelli que había disparado su pistola para defenderse. El lunes, al confirmarse por los forenses que el cuerpo de Márquez presentaba una sola lesión fatal provocada por un disparo realizado desde una escopeta, el efectivo quedó libre, y las sospechas recayeron inmediatamente sobre Andrade, quien portaba la única arma larga que había en el puesto policial.